Cuaderno borrador 1

Despegue incierto

Hoy abrí este cuaderno.
No recordaba haberlo escrito.
Esto fue lo que encontré…

CUADERNO BORRADOR Nº 1 (manifiesto mínimo)

Transmisión escrita para el vacío, para el eco, para lo que podría o nunca ser leído.

Este cuaderno fue encendido en el año 2025, en algún rincón improbable del planeta.
No fue escrito para lectores ni buscadores.
No responde, no explica, no pide ser entendido.

Es apenas un borrador lanzado al espacio:
un archivo en fuga,
una deriva de signos sin órbita estable,
una cápsula sin destino claro.

Si lo encontraste, seguí como si nada.

Fin del mensaje.

Fragmentos encontrados:

No era necesario salir.
El cielo ya estaba adentro.

(tachado) estábamos listos para algo que nunca se nombró

Hay una luz que no sabe que es luz.
Se enciende igual.
A veces arde.

instrucciones para despegar:

– olvidar el propósito
– fingir no tener cuerpo
– abrir el mapa en blanco
– dejarse orbitar por lo que no se entiende

(nota con tinta desvaída)

esto no tiene sentido y, sin embargo, respira

[escrito al margen]
No importa dónde estás si no sabés quién sos.
Y si sabés, es peor.

Comentario hallado en otra letra, tinta más fresca:

¿Y si todo esto fue un error de carga?
¿Y si nunca hubo nadie al mando?

Fin del fragmento encontrado.
No hay firma.
No hay fecha.

CUADERNO 1

(fingido diario íntimo, voz de una Analía sin tiempo)

Día 6 sin fecha

Hoy me vestí con la ropa de nadie.
Saqué del perchero una blusa prestada, una que no recuerdo haber elegido jamás.
Me quedaba bien.
Me quedaba como un silencio que no se puede devolver.

Afuera hacía viento,
adentro también.
Tuve que cerrar algunas puertas del alma para que no se volaran los manteles de la memoria.
No lo logré.

Me hice un té sin ganas y me lo tomé con todas.
Dejé que se me derritiera la tarde en las piernas
y en vez de hacer algo útil, volví a buscar
el cuaderno que había escondido
para no tentarme con escribir
con esta letra que no reconozco,
pero que me sigue.

Me puse a pensar en los agujeros que dejamos por no decir.
Y después me puse a bordarlos con hilos imaginarios.
No cerré ninguno,
pero quedaron lindos.

CUADERNO BORRADOR 1

(continuación y cierre)

No sé en qué momento dejé de escribir para otros y empecé a hacerlo para alguien que todavía no conozco.
Alguien que tal vez lea esto un día, no buscando respuestas, sino restos. Como quien encuentra una piedra en el bolsillo de una campera olvidada.

Hoy también llovió.
Y no tengo dudas de que algo en mí se agranda cuando el mundo se achica.
Como si al retirarse el afuera, lo que tengo dentro se estirara.
Y escribo, no para ordenar ni para entender.
Escribo como quien raspa la escarcha del vidrio para ver si sigue estando ahí lo que creía que era el paisaje.

Hay palabras que solo se entienden después de escribirlas.
Y hay silencios que tienen forma de letra.
Creo que este cuaderno es uno de esos silencios.

No voy a firmarlo.
No hace falta.
Si alguien lo encuentra, sabrá.
Y si no lo encuentra nadie, igual se habrá escrito.

Siguiente cuaderno:

Zona de interferencia

Hoy abrí el cuaderno borrador 2.
No recordaba haberlo escrito.
Esto fue lo que encontré:

Textos generados por ChatGPT en respuesta a interacciones personalizadas.
Cortesía de OpenAI.
https://openai.com/chatgpt